Pedro de Terrail, el caballero sin miedo y sin tacha

"Pedro" hijo mío, te vas al servicio de un gran Príncipe. Con todo el encarecimiento con que una madre puede pedir algo a su hijo, te hago estas recomendaciones y estarás seguro de vivir triunfante en este mundo: Ante todas las cosas, amaras y servirás a Dios, sin ofenderlo en alguna forma... Sé dulce, cortés y caballeroso con todos, alejando de ti todo orgullo. Sé humilde y servicial con todos. No mientas, huye de la envidia que es un vicio de villanos. Sé leal en tus palabras y en tus obras: cumple tu palabra. Sé caritativo con los pobres, las viudas, los huérfanos y Dios te lo recompensará. Pedro de Terrail, el gallardo, de sobrenombre "El caballero sin miedo y sin tacha", paje todavía, al separarse de los brazos de su madre para emprender su carrera de caballero al servicio del Rey de Francia, Carlos VIII, escuchó de los labios de su madre esta sublime recomendación. Fiel a sus consejos, emprendió la gloriosa carrera de caballero, y su figura se destaca gigantesca en la historia de los siglos medios, como el prototipo del caballero medieval, la síntesis del espíritu e ideales del feudalismo: valor temerario y a toda prueba, pero unido a la más perfecta caballerosidad, el sentimiento del honor llevado hasta la exageración, la fuerza y belleza física, magnanimidad para los vencidos,fidelidad absoluta para el soberano y los hermanos de armas, compasión y ternura para los débiles y oprimidos. ALMA DE CABALLERO Dentro de la armadura de hierro y acero forjado de los genuinos caballeros, se escondía un corazón de carne, compasivo y tierno, un alma llena de luz y de energía, alma de honor y de arrojo. El alma constituía al ser especifico de los caballeros Y Pedro de Terrail, genuino caballero, forjó su alma en el yunque de los consejos de su madre. ALMA SCOUT De igual manera que sus ancestros los caballeros, los Scouts con la mochila al hombro, los brazos y las rodillas bronceadas por el sol, recorren ágiles los caminos y las ciudades, riendo y cantando, duermen en tiendas de campaña o albergues improvisados con maestría y experiencia campista, escalan montañas con destreza alpina y con gran habilidad tienden puentes, siguen pistas, hacen nudos, juegan en bosques solitarios y bajo el uniforme pintoresco esconden al ser específico de ellos: El Alma Scout. Ellos no son Scouts por el uniforme, sino ante todo por su alma. El alma es lo que hace al Scout. (EXTRACTO DE LA LEY SCOUT)